Empecemos por un planteamiento simple:
«¿Por qué el egoísmo y el egocentrismo se consideran acciones negativas?
Pues por puro egoísmo en masa.
Si todos tuviéramos el don de un gran ego, ¿quién miraría al de al lado?.
Aparte, puedo daros por sentado que a partir de un gran ego se logra ser, en la mayor parte del tiempo, lo más cercano a feliz.
Y el mundo no está preparado para ser feliz.
No, no lo está.
¿Crees que lo está cuando matan pacifistas y liberan terroristas?»
Con esto doy pie a mi entrada de hoy, después de meses de abandono y autodestrucción.
Aquí me hallo, otra vez, con Bittersweet Symphony resonando de fondo.
LLevo días con ganas de plantarme frente a la pantalla que me absorbe tan absurdamente y vomitaros todo lo que me acecha en la actualidad, pero no lo veía conveniente. ¿Por qué? No lo sé, pero sabéis perfectamente que me dejo llevar por corazonadas, da igual si las entiendo o no.
Os cuento, me he vuelto un ser extremadamente egocéntrico, egoísta y seguro de sí mismo - al menos soy así exteriormente. -
Por dentro sigo siendo el mismo caos de sentimientos y desórdenes generales, pero ya no me importa.
Dejé de lado lo que me carcome día a día, me centro en lo que realmente me hace feliz y me va perfectamente. O no, pero me engaño con que sí y no voy a salir de eso.
Descubrí que a mi mundo y a mi persona solo puedo crearlos yo.
Hago lo que me gusta y está perfecto, ¿por qué? porque a mi me parece que lo está y la única persona que tiene voz y voto en mi soy yo.
Tengo muchos amigos nuevos, gente que siempre quise conocer y tener, aunque sólo sea para salir un rato, pero tenerles ahí, como opción.
Descubrí también que todo llega, si lo haces llegar, con paciencia y astucia.
Todo se resume a eso, mover la pieza que desata el efecto dominó.
¿Cuánto tardaré en caer esta vez?
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