La frondosa copa está desplazada hacia la derecha, lo que da la sensación de que mantenga un precario equilibrio. Hay una carretera en mitad del cerro; pasa justo debajo suya. A su alrededor, no se aprecian otros árboles tan enormes.
Una tarde cualquiera, me quedé absorto contemplando su silueta, que aparenta ser exaltada por el azulado tapiz del cielo.
Algún día tendré que ir y presentarme ante él; sé que lo haré. Tan solo debo averiguar como llegar hasta allí...
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