lunes, 6 de enero de 2014

Carta a nadie, nunca. I -Retomemos lo incoherente.

Soy lo suficientemente egoísta como para darme el lujo de una carta que nunca vas a ver.

Eres el motivo inesperado de un lunes de final no tan denso, apareciste en el día más triste y frío de todos, cuando más abajo estaba e incluso entonces lograste hacerme feliz sin tener siquiera idea. Ni siquiera te he dicho que te observo desde antes.

Eres de esas personas a las que eres capaz de ver el alma solo por su andar.

Eres todo lo que siempre he tomado a referencia. Me pareces increíble desde antes de conocer que realmente había gente así, ¿sabes?.

Desde hace días cada uno de los segundos que pierdo quiero que sean a tu lado.
Sin un porqué, sin un plan.

El azar es lo que divierte, no el juego en sí. Lo entiendes perfectamente, por eso mismo me siento en casa contigo.

¿Logras comprender algo?

Realmente te admiro, eres único entre quienes te rodean. Todos lo somos de alguna manera, pero tú no, no eres como ellos, me lo demuestras día a día, hora a hora.

No eres capaz de verte como el entorno a ti y eso me atrae más aún. Empatía cuando digo que soy la peor basura; aunque obviemos el hecho de que lo haya dicho a día de hoy.
Simplemente hablas y siento escucharme a mí.

He dudado mil y una vez, me cuesta creer que no es producto de estar yo deificando de manera insana.

Me abro a ti en mi máxima totalidad, no tengo miedo a contarte lo poco que me entiendo y lo mucho que me confundo.
Resultas tan sumamente fiable que me es imposible no decírtelo todo. -Todo menos esto, obviemos por segunda vez.-

Te admiro en cada una de las cosas que haces o dices. Me haces sentir bien y protegida.
Es diferente a las veces anteriores, a ti te admiro inmensamente. Me demuestras que lo bellísimo que eres por fuera lo supera lo brillante que eres por dentro, no has hecho más que bien inconscientemente y eso grita enormidad.

Te encontré y por alguna razón mis ideas se despejaron un poco, tú simplemente preguntabas para entablar conversación.

Mis pupilas se desconciertan cuando estás cerca, y tan solo yo sé que cada abrazo va a ser poco.
De ser por mí te tendría siempre.

No tenía nada, entonces apareciste.


Gracias por estar.
Gracias por quedarte.
Gracias por preocuparte 
y gracias por hacerme 
mejor persona día a día.



Supongamos cariño no fraterno, 
-Nadie, sólo asco.

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