martes, 10 de diciembre de 2013

Bienvenidos a mi demencia

(+18)

Estaba caliente. Me hervía cada poro de la piel. 
Cualquier contacto físico de sus manos me habría colapsado el sistema nervioso, inundando mis lugares más íntimos.
El sol reflejaba en aquella playa los tonos conbres de su pelo. 
El ruido de las olas se fundía con el humo que salía de sus tersos labios. 
Se me iban los ojos...
Aquel tío compartía más que aire conmigo, y mi imaginación se dispersaba en cada calada de sus labios.

Mi imaginación sólo me invitaba de muy buena gana, a follarmelo con brutalidad.

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