Desaparece lentamente. Tras de sí solo queda la nada, el vacio, todo lo demás... Ya se han evaporado varias ideas y todo sigue funcionando, aunque nadie se percate.
Palabras que no significan nada, gestos pesados y la voluntad de continuar sonriendo. Como un fulgor esmeralda que ciega a los infelices y los convierte en leyendas. Como un soplo de estima que hace rebosar los cuerpos.
La mente no puede soportarlo y estalla. Todo su contenido se esparce y se convierte en un solo bloque que tiembla en el aire. Cierra la puerta. Sientate y crea arcoiris.
Un incontrolable virus que mordisquea la personalidad y transforma a los ineptos en reyes y a los felices en polvo estelar.
Una prision hecha de nubes, custodiada por bellas arpias que carecen de materia; inperceptibles al tacto pero faciles de ver.
Todo alrededor fluye a un ritmo lento y pausado; dificil de controlar...
¿Quién decía que era algo malo?
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