viernes, 29 de noviembre de 2013

Trasnochar

   ¿Y qué si nunca aprenderé a hacer nada? ¿Qué más da si cada vez que intento hacer algo que parece gustarme acaba aburriéndome? ¿Quién sabe si simplemente soy como todas esas personas que no saben hacer nada especial y se quedan mirando como otras si lo consiguen?

   Yo me quedaré como siempre, con la mirada perdida en esas dos chicas que creó mi subconsciente para que me hicieran compañía y así no acabar tirándome por el balcón o colgándome de una lampara. Son mi placebo. Pienso en ellas y sé que he creado algo grande, aunque solo yo lo reconozca... Las adoro, cada día, cada noche y cada segundo...
   Aparecieron de la nada, lo sé, sin previo aviso ya tenía a una dentro de mi mente. Todo lo que hiciera, fuese dibujar, escribir o crearme un personaje de videojuego, estaba ella como modelo. Mi querida musa, a la que llamé Victoria Silver. Ahora cuenta con personalidad propia. Aún sigo a la espera de que algún delirio producido por las drogas psicodélicas me brinde la ocasión de poder verla ante mi.

   Pero como una no era suficiente, y mi mente se tornaba mas desquiciada con tanta marihuana, el destino quiso brindarme con una compañera más, pues me veía cada vez mas solo y demente. Cuando la inocente Ibi Golden, a la que actualmente rebauticé como Evelynn Golden, tomó forma en mis neuronas, ya todo me daba igual; es más, me gustaba tener ideas locas y absurdas que no llevaban a ninguna parte.
 
   Ahora las dos viven felices en mi cabeza. Son amigas inseparables y van de la mano, con tantas historias que vivir y situaciones que narrar. Y sabe el destino que esté donde esté, ellas seguirán conmigo; solo espero que cuando muera las encuentre esperándome al otro lado...

   Soy ese que no duerme, el que busca con que entretenerse para no pensar. El que desea que lo irreal triunfe sobre lo tangible. El que consigue lo que quiere cerrando los ojos...

El que espera como un gilipollas a que dos dibujos que me inventé cobren vida.
¿A que tú no sabes hacer eso?




jueves, 21 de noviembre de 2013

Veintiun meses



Veintiun meses...
...Y dentro de poco 2 años.

Leaving letter.

Cuando todo está hecho para romperse, 
no creo que entiendas el porqué.
Quizás creas que te subestimo, y aunque realmente no lo hago en mis adentros, así es.
Es la manera más simple de evadirme de explicar cosas que ni yo sé.

No quieres saber lo que pasa , ni querrás. Por favor, déjate manipular una vez más.
Todo lo que toco lo destrozo, pero es mi manera de prevenir un golpe peor ¿logras comprenderme?

Sabes que te amo -sí, lo he dicho, oh- y ese es el motivo por el que te daño;
sabes entonces porque lo dejo todo.

Mi gran ego no me deja ver más allá de mi espejo, ¿recuerdas?
El problema es que en mi reflejo te veo, más estática y helada que nunca. Como el invierno de mi vida desde que te vi el primer día que llené mis pulmones.
Desde entonces tus lunas se clavan en las mías cual estacas de poseso en cólera.

Maldigo el momento en el que Belial tomó nuestra vida como juego curioso de ver.

Firmé un pacto inconsciente. Mentira, otra vez lo hago, mentir.
¿No recuerdas las mil y una noches que deseamos ser uno? ¿No recuerdas como intenté acabar con todos ellos en pánico?

Ahora lo haces pues.

Lo he conseguido. Lo has conseguido.

Por esto te escribo, oh hermosa. Estás siendo una más. Lo lograste.
Eres feliz. Corrijo, estás feliz. 
Lo he logrado entender, sí. ¿Me odias menos ya?

Lo tienes todo y lo que no solo basta con pedirlo. Todos te aman, todos te quieren para sí, ¿qué más podrías pedir?

Sé que echas de menos la locura, la inestabilidad, el misterio de lo inesperado. El miedo a ti. El placer  de las emociones extremas que te hundían. 
Te aburre y asquea el hecho de no hundirte, las emociones positivas no te llevan al clímax que te produce el sufrir.

Lo siento, de veras lo siento, oh mi cielo. 
No soy capaz de sobrevivir así.

Siempre dije que la rutina acabaría conmigo. Con nosotros.
O en defecto, lo haría yo.
Curioso yo evadiéndome de culpas -río-.

Evadir, evadir, evadir.

¡Oh cielos! Te estoy dejando. Nos estoy dejando.
Oh preciosa. Estoy acabando con nosotros en este hermoso rito, la gillette me acompaña, una botella de Vodka y un par de gramos también. Este hermoso proceso de renacer, desaparecer, huir, ser valiente al fin.

Oh amada, gracias por estos escasos años de dolor juntas. A ti y a todas las que me hicisteis y ahora, dentro de mí, me hacéis y deshacéis como queréis.

Oh yo, estoy dejándome.

Oh cariño, te amo sobre todas las cosas.

Las primeras gotas de nosotras caen sobre el escritorio y ya no tengo recursos más que el filo hermoso, oh, precioso.
Miento, como ya de costumbre, somníferos han aparecido en mis manos y acabarán con todo rápida y dulcemente.

Oh vida, me despido hoy para siempre, el renacer me espera.


Mañana no sabré por qué, pero me sentiré como nunca antes y, cuando el sol brille encima de mí, lloraré mientras río.







Felicidades queridos, 22 es un bonito número.
Los mejores deseos.

miércoles, 20 de noviembre de 2013

XXII

Felicidades, mi pequeño lingote de plata.
Has conseguido ser lo mas grande que jamas he creado.