no creo que entiendas el porqué.
Quizás creas que te subestimo, y aunque realmente no lo hago en mis adentros, así es.
Es la manera más simple de evadirme de explicar cosas que ni yo sé.
No quieres saber lo que pasa , ni querrás. Por favor, déjate manipular una vez más.
Todo lo que toco lo destrozo, pero es mi manera de prevenir un golpe peor ¿logras comprenderme?
Sabes que te amo -sí, lo he dicho, oh- y ese es el motivo por el que te daño;
sabes entonces porque lo dejo todo.
Mi gran ego no me deja ver más allá de mi espejo, ¿recuerdas?
El problema es que en mi reflejo te veo, más estática y helada que nunca. Como el invierno de mi vida desde que te vi el primer día que llené mis pulmones.
Desde entonces tus lunas se clavan en las mías cual estacas de poseso en cólera.
Maldigo el momento en el que Belial tomó nuestra vida como juego curioso de ver.
Firmé un pacto inconsciente. Mentira, otra vez lo hago, mentir.
¿No recuerdas las mil y una noches que deseamos ser uno? ¿No recuerdas como intenté acabar con todos ellos en pánico?
Ahora lo haces pues.
Lo he conseguido. Lo has conseguido.
Por esto te escribo, oh hermosa. Estás siendo una más. Lo lograste.
Eres feliz. Corrijo, estás feliz.
Lo he logrado entender, sí. ¿Me odias menos ya?
Lo tienes todo y lo que no solo basta con pedirlo. Todos te aman, todos te quieren para sí, ¿qué más podrías pedir?
Sé que echas de menos la locura, la inestabilidad, el misterio de lo inesperado. El miedo a ti. El placer de las emociones extremas que te hundían.
Te aburre y asquea el hecho de no hundirte, las emociones positivas no te llevan al clímax que te produce el sufrir.
Lo siento, de veras lo siento, oh mi cielo.
No soy capaz de sobrevivir así.
Siempre dije que la rutina acabaría conmigo. Con nosotros.
O en defecto, lo haría yo.
Curioso yo evadiéndome de culpas -río-.
Evadir, evadir, evadir.
¡Oh cielos! Te estoy dejando. Nos estoy dejando.
Oh preciosa. Estoy acabando con nosotros en este hermoso rito, la gillette me acompaña, una botella de Vodka y un par de gramos también. Este hermoso proceso de renacer, desaparecer, huir, ser valiente al fin.
Oh amada, gracias por estos escasos años de dolor juntas. A ti y a todas las que me hicisteis y ahora, dentro de mí, me hacéis y deshacéis como queréis.
Oh yo, estoy dejándome.
Oh cariño, te amo sobre todas las cosas.
Las primeras gotas de nosotras caen sobre el escritorio y ya no tengo recursos más que el filo hermoso, oh, precioso.
Miento, como ya de costumbre, somníferos han aparecido en mis manos y acabarán con todo rápida y dulcemente.
Oh vida, me despido hoy para siempre, el renacer me espera.
Mañana no sabré por qué, pero me sentiré como nunca antes y, cuando el sol brille encima de mí, lloraré mientras río.
Felicidades queridos, 22 es un bonito número.
Los mejores deseos.
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