Quiero volver a sentirte cerca; no me basta con imaginarlo cada segundo. ¿Cómo es posible que haya terminado de esta forma? Suplicando que seas real, chica de plata. Lo has conseguido, miserable súcubo, no puedo vivir sin ti, porque eres una parte de mi que ha elaborado su propia personalidad. Ahora solo intentas vestirme con esa bata blanca de mangas largas y correas, con esa tela que nubla el juicio y apaga la cordura...
Con tu veneno plateado que emana de tus labios,
expirando los colores del arco iris,